Utah, territorio de indecisión

Pancartas a favor de candidatos contrarios. (AP)

Pablo Scarpellini - Los Angeles - @pscarpe

En una carrera política atípica, Utah parece haberse sumado a la atmósfera de anomalía. Tras más de 50 años de apoyar la causa republicana en las elecciones presidenciales, el estado de mayoría mormona ha añadido su nombre a la lista de los indecisos de cara a las elecciones de 8 de noviembre.

Donald Trump no convence y sus declaraciones incendiarias parecen estarle costando seis votos electorales seguros para la “marea roja”. Tanto es así que varias encuestas dan por ganadora a Hillary Clinton en una región donde el presidente Barack Obama tan solo logró el 25 por ciento de los votos el los últimos comicios.

“Los mormones están completamente asqueados con la candidatura de Trump y no le quieren apoyar”, contaba al Los Angeles Times una votante indecisa, Susan Udall, de 54 años de edad. Y así una legión de mormones que tradicionalmente ha acudido en masa a votar por el candidato republicano, sin importar quien fuera.

Trump, sin embargo, ha ocasionado importantes destrozos en la moral de los líderes de esa fe, atacando a las mujeres y cargando contra todas las minorías a lo largo de la campaña. Y eso ha dado alas a una alternativa como la del conservador independiente Evan McMullin, un mormón de 40 años que ha emergido con gran fuerza en las encuestas.

Algunas lo sitúan como ganador por encima de Clinton y Trump, lo que le convertiría en el primer independiente en ganar un estado desde George Wallace en 1968. Sus objetivos, además, van mucho más allá de los 6 votos electorales de Utah.

Alternativa a los republicanos

McMullin pretende convertirse en una alternativa a los republicanos en el futuro, viendo la dirección que ha tomado el partido de los elefantes. “Somos escépticos sobre el hecho de que el partido republicano pueda hacer la clase de cambios que necesita hacer para poder ser un vehículo político viable para el movimiento conservador”, indicó McMullin en una entrevista.

“Pero si no pueden, entonces tendremos que empezar algo diferente”.

McMullin comenzó con su campaña en agosto sin demasiadas aspiraciones, pero a medida que contemplaba el rechazo de los republicanos a la figura de Trump, fue creciendo en popularidad y en poder de recaudación, con medio millón de dólares en sus arcas en tan solo dos meses.

Ahora su nombre está en las papeletas electorales de 11 estados. De una forma o de otra, no hay duda de que el cambio en Utah es palpable. Por primera vez en mucho tiempo, se ha convertido en uno de esos estados a los que habrá que prestar atención por su gran cantidad de indecisos.

Clinton podría dar la campanada y asestar un golpe mortal a su principal rival político en esta carrera, o por el contrario, dar el pistoletazo de salida a la carrera de un mormón joven con aspiraciones de futuro. El 8 de noviembre tendremos la respuesta.