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Los inusuales avales de periódicos conservadores a Clinton, y su frontal rechazo a Trump

Las críticas a Hillary Clinton desde el bando conservador han sido intensas durante, literalmente, décadas, y en ello se ha mezclado hechos con especulación, realidad con conspiracionismo, ideas con visceralidad, análisis con invención. La actual candidata demócrata a la Presidencia ha sido sometida por años a un intenso bombardeo que, a escala nacional, se remonta al menos a 1992, cuando su esposo Bill Clinton compitió y ganó la elección presidencial. Muchas críticas han tenido fundamento, muchas otras no.

Pero, recientemente, al calor de la presente contienda por la Casa Blanca entre Clinton y Donald Trump, varios importantes periódicos de línea conservadora que históricamente han dado su aval (endorsement) a candidatos republicanos y otros que nunca habían tomado una postura abierta en apoyo o en contra de un aspirante presidencial se han inclinado de modo singular hacia la demócrata y contra el magnate.

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Hillary Clinton y Donald Trump, en una más de las múltiples formas en que han sido presentados durante la presente campaña presidencial. (AFP)

Así, periódicos conservadores que en sus páginas editoriales y en ocasiones en su cobertura noticiosa con frecuencia eran hostiles a Clinton hoy la consideran la mejor opción para la Presidencia, en detrimento de Trump. The Arizona Republic, por ejemplo, que desde 1890 nunca había dado su aval a un candidato presidencial demócrata, considera que Clinton tiene “el temperamento y la experiencia” para ocupar la Casa Blanca, mientras que Trump “no es un conservador y no está calificado”.

En Ohio, un estado que podría ser definitivo en esta elección, The Cincinnati Enquirer si bien recalca que Clinton y Trump son los candidatos presidenciales estadounidenses más impopulares a nivel histórico, decidió apoyar a la demócrata por considerar que ella tiene “una trayectoria de gobierno probada” mientras que el magnate es “un claro y presente peligro para nuestro país”. The Cincinnati Enquirer ha apoyado a los candidatos republicanos por casi un siglo, pero no en 2016.

Es singular que ambos periódicos son parte de la cadena Gannett, editora del USA Today, rotativo que justo acaba, también, de emitir no su aval sino su rechazo público a Trump, a quien calificó de errático, pobremente capacitado para ejercer de comandante en jefe, inmerso en el prejuicio, de palabrería incontinente y con una historia empresarial cargada de bancarrotas. El USA Today añadió que Trump es un mentiroso impenitente y, por ello, por primera vez en sus casi cuatro décadas de historia ha decidido emitir una expresión específica en torno a un candidato presidencial.

Y hay más periódicos que en el pasado han dado su aval a candidatos republicanos pero que en 2016 ha optado por apartarse de Trump y/o dar su espaldarazo a Clinton o a un tercer candidato.

Por ejemplo, The Dallas Morning News y The Houston Chronicle en Texas, estado proclive a los republicanos, dieron su aval a Mitt Romney en 2012 pero en 2016 se lo han otorgado a Clinton. El periódico Sun Sentinel de Florida (un estado crucial en esta elección), que avaló también a Romney en 2012, esta vez se inclinó por Clinton y dos importantes cabeceras, en estados que se inclinan por los demócratas, optaron por mantener su distancia: tanto The Detroit News, que apoyó a Romney en 2012, como The Chicago Tribune, que avaló entonces a Obama, han preferido en esta elección dar su aval a Gary Johnson, candidato del Partido Libertario.

¿Cuál es el efecto, con todo, de esos avales de periódicos en tiempos en que la circulación de esos medios impresos declina y mucha de la información que consumen los ciudadanos les llega por medios electrónicos y digitales, a veces por los canales informales de las redes sociales?

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En una elección tensa y con muchos indecisos, señales como avales inusuales de periódicos a un candidato pueden decantar el voto de muchos. (Yahoo7)

Según The New York Times (que avaló a Clinton) varios de los periódicos de línea conservadora que dieron su aval a Clinton esperan (y algunos ya lo han registrado) cancelación de suscripciones y el alejamiento de un cierto número de sus lectores. Pero aún así consideraron imperativo tomar un partido.

Y, como señala una investigación realizada por Agustín Casas, doctor en Economía por la Universidad Northwestern, y otros académicos, los avales sorpresivos de un periódico (cuando lo hacen por el candidato de un partido al que ese medio tradicionalmente no apoya) tuvieron un impacto importante en el resultado electoral en los comicios de 2008 y 2012. Pero también señala que avales inconsistentes (cuando un periódico apoya a un candidato de una línea ideológica diferente a la que sigue usualmente) no estarían entre los que tienen efectos más grandes.

En todo caso, en una elección tan disputada y corrosiva como la presente, todo factor que dé claridad o cimentación a la decisión ciudadana, y eso es lo que buscan los avales mediáticos, puede inclinar la intención de voto en una proporción importante, quizá decisiva en una contienda muy pareja. O eso es a lo que aspiran, cabría decir, las juntas editoriales de los periódicos que emiten un aval de esa naturaleza. Además de buscar una coherencia entre el contexto nacional y las candidaturas y expresar una actitud de inteligencia y ética, también son una invitación a sus lectores a votar en el sentido de su aval.

En otros países sería impensable que una gran cabecera periodística emita institucionalmente una invitación al voto por un candidato presidencial específico (aunque lo hagan implícitamente en su cobertura y en su selección informativa), pero en Estados Unidos se trata de una tradición que, como tantas otras cosas en la actual contienda por la Casa Blanca, se encuentran a prueba en un mar electoral especialmente incierto y turbulento.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro