Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

La percepción de vicio o transparencia en la Fundación Clinton y el futuro político de Hillary

La campaña de Hillary Clinton ha sido severamente atacada por el uso de un servidor de email privado cuando ella fue Secretaria de Estado –en un escándalo que no llegó a suscitar la aplicación de cargos penales pero que el propio director del FBI calificó como un “manejo muy descuidado” de información confidencial– y, recientemente, por a legaciones de que habría existido conflicto de interés o influencias inapropiadas entre la actividad de su fundación privada, la Clinton Foundation, y el Departamento de Estado cuando era encabezado por Hillary.

Hasta el momento, pese a la candente discusión y a las acusaciones que brotan desde el bando republicano y de la campaña de Donald Trump, ambas circunstancias no han sido un lastre insuperable para las aspiraciones presidenciales de Clinton, si bien se afirma que si surgiesen nuevas y más comprometedoras revelaciones su posición podría deteriorarse.

image

Hillary Clinton en un evento de la Fundación Clinton en 2014. (AP)

Eso aún no sucede y podría no suceder. Pero lo que es un hecho es que la Fundación Clinton, que ha captado millonarias donaciones dentro y fuera de Estados Unidos para realizar trabajo filantrópico (por ejemplo, dando acceso a millones de personas a medicamentos contra el VIH/Sida a precios asequibles o canalizando millones de dólares a la lucha contra la malaria), se está convirtiendo en una piedra en el zapato en la carrera presidencial de Clinton.

Más allá de si existió conflicto de interés entre la Fundación y el Departamento de Estado, de cara al futuro el propio expresidente Bill Clinton anunció que si su esposa es electa presidenta de Estados Unidos su organización dejará de aceptar donaciones provenientes del extranjero, como relató The New York Times. Pero muchos consideran que eso no es una medida suficiente.

Una de las críticas actuales se basa en la suposición, que no ha sido probada pero de la que hay indicios punzantes, de que grandes donadores recibieron, gracias a los millones de sus aportaciones, acceso o trato preferencial de parte del Departamento de Estado cuando Clinton estuvo al frente de él.

image

El expresidente Bill Clinton afirmó que si su esposa Hillary gana la Presidencia, la Fundación Clinton dejará de aceptar donaciones extranjeras. (AP)

La noción de que grandes magnates o jerarcas extranjeros podían “pagar” a la Fundación Clinton para recibir a cambio trato preferencial del gobierno federal ha sido usada con fuerza por Trump y críticos republicanos para atacar a Hillary. Si eso sucedió o no está por verse, pero la percepción al respecto importa y muchos entre las filas de los opositores a Clinton la asumen del lado negativo y alegan que, en efecto, hubo tratos inapropiados. Todo es parte del fragor de la presente y ruda lucha política.

Pero analistas y organizaciones que vigilan la transparencia y legalidad de la actuación del gobierno han mostrado inquietud por la posibilidad de que, en una Presidencia de Clinton, la actividad de su Fundación pudiese incurrir en conflicto de interés. Como señala The Hill, que la Fundación Clinton deje de aceptar donaciones extranjeras es importante pero insuficiente para garantizar plena transparencia y separación.

Y muchos sugieren que, sin llegar al extremo de Trump y sus seguidores que claman porque la Fundación Clinton se cierre del todo, sí debe darse una desvinculación de la familia de Hillary de esa organización sin fines de lucro, incluida su hija Chelsea (y, por extensión, el propio expresidente).

image

Chelsea Clinton, hija de Hillary, trabaja organizando kits médicos durante una operación filantrópica de la Fundación Clinton, de la que es alta ejecutiva. (AP)

Una Fundación Clinton sin los Clinton sería, de acuerdo a esas voces, la única forma de que esa organización pudiese seguir operando sin generar suspicacias.

No es claro cuál es la disposición de Hillary, y de su esposo Bill, a separarse a ese grado de su Fundación, y ciertamente habrá que esperar al resultado de las elecciones del 8 de noviembre antes de que se decida, presumiblemente, qué tanta ruptura habrá entre los Clinton y su organización filantrópica.

Lo cierto es que, en el actual debate, cabe considerar que aunque esa organización tiene sus claroscuros (que dieron pie a las acusaciones de conflicto de interés), se trata de una institución que ha tenido logros sustanciales y singulares en beneficio de la salud y el desarrollo social en varios de los países menos favorecidos del orbe. No se trata de un membrete usado solo para tráfico de influencias como los críticos más acérrimos de Clinton han llegado a afirmar.

Pero, ciertamente, en aras de preservar su imagen y continuar con su trabajo filantrópico, la Fundación Clinton está sujeta también a las exigencias de transparencia y requerirá de cambios mayores en el supuesto de que Hillary llegue a la Casa Blanca.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro