La música que Tim Kaine, candidato demócrata a VP, puede tocar en pos del triunfo de Hillary Clinton

El candidato a vicepresidente por el Partido Demócrata, Tim Kaine, habría sido seleccionado por Hillary Clinton en virtud a algunos de sus atributos particulares, pero uno de los más importantes es que su nominación puede ayudarlo a atraer a algunos grupos de votantes clave y no provocaría desarreglos mayores en otros ámbitos, como en el balance en el Senado y los planes demócratas por recuperar el control de esa Cámara.

Kaine, senador por Virginia de 58 años, sería una opción “segura” en esos ámbitos, como señaló en su momento el portal Politico. Al proceder de un estado indeciso, que será crítico en el resultado electoral del 8 de noviembre, Kaine ayudará a Clinton a hacerse de los 13 votos electorales de Virginia, sin los cuales las posibilidades de triunfo de los demócratas caen significativamente. Además, al ser el gobernador de ese estado un demócrata, la designación del sustituto de Kaine en el Senado (escaño que deberá abandonar si resulta electo vicepresidente) no afectaría el balance en la Cámara Alta, donde una solo posición puede llegar a ser determinante en la definición de quién tendrá el control allí tras la elección de noviembre.

Esa matemática suena a música en los oídos para la pareja Clinton-Kaine, al menos en el papel y en lo tocante a Virginia.

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Tim Kaine, candidato demócrata a vicepresidente, junto a Hillary Clinton, candidata presidencial, al final de la Convención Demócrata. (AP)

Pero el perfil del candidato vicepresidencial demócrata tiene otros puntos positivos para las aspiraciones de Clinton. Como comentó The Atlantic, Kaine tiene una exitosa trayectoria de ganar el voto de los ciudadanos de las zonas urbanas y suburbanas, y en Virginia (donde ha sido concejal, alcalde, vicegobernador, gobernador y senador) ha logrado amplio respaldo de los votantes de raza blanca, un grupo clave que en muchas partes del país ha tendido a favorecer a Donald Trump.

Clinton tiene un problema grave en relación a ese grupo demográfico, y Kaine sería una opción de empuje para reducir la brecha ante esos votantes, que son el punto fuerte de la candidatura de Trump.

Además, la biografía de Kaine lo hace atractivo a los votantes en general: proviene de una familia trabajadora, él mismo trabajó en empleos manuales durante su juventud, y laboró en una misión jesuita en Honduras enseñando oficios a jóvenes. Su trabajo de base y su trayectoria en puestos municipales, estatales y federales le dan un perfil completo e imagen de experiencia.

También, por su religión católica, su experiencia directa en Honduras y su buen manejo del idioma español, se ha dicho que Kaine puede ser un puente para acercar aún más a los votantes latinos hacia Clinton, lo que en cierto modo es un paliativo a la decepción de quienes imaginaban un candidato a vicepresidente hispano, quizá el secretario del Trabajo Tom Pérez, o el de Vivienda, Julián Castro.

Con todo, cabe decir que dado que los latinos han sido mayoritariamente demócratas en las elecciones presidenciales contemporáneas y que, tras la ruda ofensiva de Trump contra los mexicanos, muchos más latinos han optado por apoyar a Clinton, consolidar el apoyo de esa comunidad no le sería una urgencia a escala nacional. Pero en estados indecisos como Virginia, Pennsylvania u Ohio, donde la comunidad latina es relativamente pequeña pero no por ello irrelevante, el proselitismo de Kaine podría lograr que más de ellos acudieran a las urnas y, quizá, sean la diferencia.

Hablar español es un plus en ello, pero la sensibilidad de Kaine hacia esa comunidad tras su experiencia en Honduras y, sobre todo, su sintonía con las necesidades de la población hispana serían lo que más atraería a ese grupo de votantes hacia su candidatura.

Por ejemplo, Kaine apoya el control de armas, tiene una postura pro inmigrante y de impulso al empleo y los beneficios laborales y se ha opuesto a la pena de muerte. Y si bien rechaza en lo personal el aborto, Kaine apoya la legalidad de éste en los casos previstos, aunque no estaría de acuerdo con ampliar el financiamiento público a la práctica de abortos que no tengan que ver con situaciones de incesto, violación o peligro de la vida de la madre, como indicó CNN.

En contrapartida, como comentó Politico, el ala izquierda demócrata, que se volcó en apoyo de Bernie Sanders, vería en Kaine simplemente a un senador más del establishment y la mancuerna Clinton-Kaine no tendría el balance ideológico-programático que, se llegó a comentar, se habría logrado si la candidatura vicepresidencial se le hubiese ofrecido, por ejemplo, a la senadora progresista Elizabeth Warren.

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Tim Kaine puede apoyar a Clinton a ganar Virginia, a atraer a más votantes independientes y de raza blanca y a amplificar su apoyo con los hispanos. (AP)

Y, como comentó The New York Times, desde el Partido Republicano y la campaña de Trump se han desatado ataques contra Kaine, aludiendo a los “lujosos regalos” que habría recibido durante su etapa en el gobierno de Virginia. De acuerdo a CNBC, Kaine habría aceptado regalos con un valor total de 160,000 dólares mientras se desempeñaba como vicegobernador y gobernador, entre 2001 y 2009. Entre esos regalos figuran viajes, ropa y boletos para juegos deportivos. Con todo, la ley de Virginia permitía que sus gobernantes recibieran esa clase de regalos. Recibirlos fue legal, si bien sus críticos cuestionan el grado de compromiso que Kaine podría haber tenido hacia quienes le dieron esos regalos.

En todo caso, más allá de la lucha electoral, las credenciales éticas de Kaine lucen firmes y así lo ha reiterado la campaña de Clinton. Del lado de Trump, en cambio, se ha escuchado ya el calificativo del “corrupto Kaine” como parte de su repertorio de agresiones contra sus rivales demócratas.

Conforme avance la campaña se comprobará el peso que Kaine (como Mark Pence en el lado republicano) tendrá en el impulso de Clinton contra Trump. Por lo pronto, hay quien imagina una suerte de vuelta a un curioso episodio durante la campaña de Bill Clinton en 1992. Entonces, Clinton apareció entonces tocando el saxofón en el popular show de Arsenio Hall y con ello presentó una imagen de cambio y frescura ante su más rígido rival, el presidente George Bush Sr. Ahora, dado que Kaine es, de acuerdo a The New York Times, un buen intérprete de la armónica, hay quien se le imagina tocando ese instrumento en un programa de TV en horario estelar. (Se cuenta, por cierto, que Abraham Lincoln con frecuencia llevaba una armónica en el bolsillo).

Habrá que ver si eso sucede, aunque la música que Clinton, Kaine y los demócratas más desean escuchar es, presumiblemente, la de la victoria el 8 de noviembre.

Necesitarán, para ello, estar muy bien afinados ante el estruendo de Trump.

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