Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

En Florida y Nevada el voto latino podría parar en seco las opciones de Trump

Si en algún lugar el voto latino puede resultar definitorio en la actual contienda por la Presidencia de Estados Unidos es, al menos según los datos de las encuestas más recientes, en Florida y Nevada, dos estados muy competitivos en el actual ciclo electoral.

Aunque la candidata demócrata Hillary Clinton continúa ligeramente arriba en los sondeos y es la más probable triunfadora en los pronósticos actuales, el republicano Donald Trump ha avanzando de modo significativo y sus posibilidades de triunfo son importantes.

Pero para ampliarlas necesita, dada la configuración del mapa político-electoral estadounidense, lograr tres metas sustanciales: mantener su ventaja en los estados ‘rojos’ que se inclinan mayormente por los republicanos (lo que se aprecia factible), ganar todos los estados considerados actualmente competitivos (Ohio, Carolina del Norte, Florida y Nevada) y arrebatarle a Clinton al menos un estado ‘azul’ mayormente demócrata.

image

En varias regiones de Estados Unidos, Florida entre ellas, se realizan intensas campañas para registrar a más votantes latinos. (AP)

Los primeros dos objetivos están al alcance de Trump, pero no le bastan. Ganando todos esos estados (más, incluso, los votos distritales en Maine y Nebraska que se asignan allí adicionalmente a los votos a escala estatal) se queda en 266 votos en el Colegio Electoral, a cuatro de los 270 necesarios para ganar. Clinton, en ese escenario, obtendría 272 votos, un triunfo por un pelo, pero victoria al fin.

Así, Trump requiere arrebatarle a Clinton al menos un estado ‘azul’ y sus posibilidades más fuertes están en el área del llamado ‘Cinturón de herrumbre’, estados que históricamente contaron con gran industria pesada y manufacturera pero que, con los cambios provocados por la globalización y la automatización, han visto irse o desaparecer muchas de esas fábricas y, con ellos, sus empleos. Muchos de los ciudadanos en esos estados se han mostrado receptivos al mensaje de Trump sobre economía, comercio internacional y empleo.

Ganar allí ha sido un objetivo declarado de la campaña de Trump desde el principio, pero hasta hace poco parecía un terreno infranqueable, un área sólida favorable a Clinton. Pero la caída de la demócrata en las últimas semanas le ha dado oxígeno al magnate y su ventaja actual en Iowa y sobre todo en Ohio donde, pese a la distancia con el gobernador y rival en la primaria John Kasich y a la previa ventaja de Clinton allí, el magnate está arriba 1.8 puntos en el promedio de encuestas de RealClearPolitics y tiene 60.5% de probabilidad de victoria según el pronóstico de FiveThirtyEight.

Las esperanzas para el republicano

Así, Trump tendría oportunidad en Pennsylvania, Michigan y Wisconsin, y en menor grado en Minnesota y Virginia, si bien en todos esos estados Clinton está aún arriba en los sondeos y en los pronósticos por unos cinco o seis puntos, una ventaja significativa. Pero si el magnate continúa su tendencia al alza, tiene una buena presentación en el debate del próximo lunes 26 de septiembre y logra amplificar su presencia propagandística y de campo en una o más de esas entidades, sus posibilidades se incrementan sustantivamente. Le bastaría con tomar uno de esos estados, en el escenario favorable ya citado, para hacerse con la Casa Blanca. Es posible, pero no será fácil.

Allí es cuando Florida y Nevada, y sus votantes latinos, cobran nueva relevancia. Clinton y su campaña ciertamente no se quedarán con los brazos cruzados y es de esperar que se lancen con intensidad a consolidar sus posiciones ‘azules’ para negarle a Trump la posibilidad de rebasar a Clinton arrebatándole un estado del ‘Cinturón de Herrumbre’. Pero para afianzarse, y asegurarse, necesita ir más allá y ganar en al menos un estado competitivo: Florida, donde hay un empate en las encuestas según RealClearPolitics; Carolina del Norte, donde Trump está arriba por poco más de 1 punto; el propio Ohio, donde el magnate lidera por 1.8 puntos, y Nevada, donde Trump supera a Clinton por 2 puntos.

Clinton ciertamente podría aventajar en Ohio y Carolina del Norte, pero allí el papel del electorado latino es reducido. En cambio, en Florida y Nevada el peso de esos votantes podría ser decisivo. En Nevada, donde los latinos son el 17.2% de los votantes potenciales de acuerdo al Centro Pew, un incremento importante de la participación electoral podría inclinar la balanza a favor de Clinton, considerando que los hispanos la apoyan en una proporción ampliamente mayoritaria a Clinton (71% según Latino Decisions).

Más significativo es aún el caso de Florida, por su peso en el Colegio Electoral y por su enorme población hispana. Allí, los latinos son el 18.1% de los votantes potenciales y se realizan actualmente importantes campañas para lograr el registro de nuevos votantes, sobre todo entre la creciente población de origen puertorriqueño y entre los latinos recién naturalizados, que de acuerdo al periódico La Opinión son más del 6% de los votantes potenciales en Florida y 5% en Nevada.

image

71% de los votantes latinos apoyan a Clinton, según Latino Decisions (Reuters)

En contiendas en las que la diferencia es mínima entre ambos candidatos, esos votantes pueden ser la diferencia. Pero para ello deben salir a votar en grandes cantidades, mucho más que el índice comparativamente bajo con el que han sufragado en elecciones pasadas.

La Asociación Nacional de Oficiales Latinos Electos y Designados (NALEO) estima que en 2016 se dará un 17% de incremento en la participación electoral hispana con un alza del 8.7% de su proporción en el voto a escala nacional. En Florida la participación en 2016 podría crecer aun más, 19.6%, de acuerdo a NALEO.

Ganar Florida, así, sería una suerte de seguro para Clinton. Si vence allí, incluso si Trump logra la victoria, en el escenario del Colegio Electoral inicialmente descrito, en uno de los estados ‘azules’ del ‘Cinturón de herrumbre’, la Casa Blanca continuará en manos demócratas. Y si también ganara Nevada, Clinton incluso podría sobrevivir a la pérdida de dos estados ‘azules’ y aún ganar apretadamente.

Todos esos escenarios son hipotéticos, y podrían variar en grados muy diversos. Por ello, el debate del próximo lunes será un momento singular: el primer choque cara a cara entre Clinton y Trump.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro