El teatro de operaciones Clinton-Trump: nuevas elecciones, viejos adversarios

Por Jorge Sayegh para Yahoo Noticias

Un viejo adagio asegura que la historia se repite, pero una vez como tragedia y otra como comedia. Ya entrado el siglo XXI, la nación más poderosa del mundo tiene en la actual campaña presidencial uno de los mejores espectáculos del teatro político, cuyos personajes ya han sido protagonistas desde hace casi tres décadas.

La siguiente revisión del repertorio de estrellas, guionistas y directores de este show político nos deja una sensación de déjà vu que se remonta a los años 90.

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Hillary Clinton

Entonces: Primera Dama investigada por el Congreso y cuestionada por la prensa.

Ahora: Candidata presidencial investigada por el Congreso y cuestionada por la prensa.

Bill Clinton

Entonces: Presidente de Estados Unidos, político muy hábil pero con ciertas debilidades que lo metían en problemas.

Ahora: Expresidente de Estados Unidos, político muy hábil, pero con debilidades que lo meten en problemas.

Bill y Hillary

Nuestra historia comienza con un flashback de nuestros personajes principales. El expresidente a quien sus detractores llamaban “Escurridizo Willie” y su esposa, a quien hoy Trump menciona como “Deshonesta Hillary”. Entonces él tenía algo de sobrepeso y ella estaba mucho más delgada, pero la personalidad esencial de ambos era la misma.

Él era muy sociable con todos (virtud muy útil para la política, pero un obstáculo tentador para la fidelidad matrimonial). Ella era menos locuaz y prudente con la prensa hasta los límites de la desconfianza. Hoy sigue siendo prudente, hace poco dio una rueda de prensa… ¡después de 9 meses!

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Donald Trump

Entonces: Adinerado inversionista (a veces casi en bancarrota) de bienes raíces que sobrevivió de manera heterodoxa a varias adversidades económicas y a dos esposas

Ahora: Adinerado candidato presidencial con una tercera esposa, cuya oponente le cuestiona sus habilidades en los negocios y sus valores familiares.

Donald Trump

Los 90 no fueron su mejor década. Para cuando los Clinton se mudaron a la Casa Blanca, Trump se divorciaba de Ivana, su primera esposa. Y para cuando los Clinton abandonaban la Casa Blanca, Trump se divorciaba de su segunda esposa, Marla.

Desafortunado en el amor, también lo fue en los negocios. Enfrentó varias bancarrotas, vendió su aerolínea, su yate y quebró sus casinos. Hillary ha repetido en su campaña: “Deberíamos asegurarnos de que no arruine al país como arruinó sus negocios”. Sin embargo, nadie le prestaba mucha atención a sus fracasos. Lo que nos lleva de vuelta con nuestros protagonistas, quienes sí fueron comidilla para la prensa.

Los escándalos

Eran otras épocas, con una Internet incipiente no hubo mails para enviar, pero sí documentos para traspapelar. Durante la investigación del escándalo Whitewater, un negocio de bienes raíces donde estuvieron involucrados los Clinton, algunos papeles se extraviaron y luego aparecieron misteriosamente en la Casa Blanca. Hillary declaró al Congreso por esos documentos faltantes durante 4 horas. En retrospectiva, podemos verlo como un calentamiento para su comparecencia de 11 horas por el caso Benghazi… y los mails faltantes.

Los Clinton sufrieron además muchas investigaciones que la prensa enemiga no demoró en elevar al nivel “gate”: Filegate, Travelgate, Troopergate. En total, el Congreso gastó 80 millones de dólares contra la administración Clinton sin obtener jamás la demostración probatoria de ningún delito.

Durante el escándalo Whitewater, Vince Foster, un consejero de la Casa Blanca cercano al caso, se suicidó según demostraron 5 investigaciones criminales distintas. Sin embargo los teóricos de la conspiración aseguraron que su muerte ocurrió porque “sabía demasiado”.

Donald Trump, en su mejor estilo de comadrona, ha declarado: “Sólo diré que alguna gente todavía trae el tema a colación porque piensan que se trata de un asesinato”.

Las conspiraciones y las teorías

¿Cree usted que Obama es musulmán? ¿O que fundó ISIS? ¿O que Trump es un agente secreto de Putin? Las teorías descabelladas tampoco faltaron en los 90. Durante la primera campaña de Bill Clinton, los republicanos más extremistas sugerían que era un “Candidato de Manchuria” a quien los soviéticos le habían lavado el cerebro cuando estudiaba en Oxford, durante un viaje académico que había hecho a Moscú.

También circularon muchos volantes (no existía Internet) acusándolo de tener un hijo con una prostituta de color. La mejor de todas era el rumor que vinculaba a la pareja con capos del narcotráfico y ‘docenas’ de asesinatos.

En 1998 Hillary declaró que era evidente que existía una “gran conspiración de la extrema derecha” para desprestigiar a su esposo y, por extensión, a ella misma. Casi 30 años después los teóricos conspirativos mantenían su actividad muy vigente y publicaban en el Washington Post el artículo: “Como Hillary Clinton ayudó a crear lo que luego llamó gran conspiración de la extrema derecha”. Ese mismo día se anunciaba que Donald Trump sumaba a David Bossie como jefe de su campaña.

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David Bossie (Foto:Getty)

Bossie y los Clinton ya se habían visto las caras, cuando Bossie trabajaba para el comité que investigaba el caso Whitewater bajo las órdenes del diputado republicano Dan Burton, quien se encargó él mismo de probar el supuesto homicidio de Vince Foster disparándole a una sandía en el patio de su casa. Así de meticuloso era Burton con la investigación.

Bossie fue aún más obsesivo que su jefe y terminó siendo despedido por haber manipulado unas conversaciones de Webster L. Hubbell, hombre de confianza de los Clinton, grabadas mientras estaba en prisión por el caso Whitewater.

Luego de este impasse de deshonestidad, David Bossie terminó convertido en el presidente de la organización sin fines de lucro Citizen United , un grupo de actividad y propaganda ultra conservador cuyo más resonante éxito fue obtener una decisión de la Corte Suprema de Justicia que permite el financiamiento ilimitado por cualquier persona o grupo para apoyar o combatir candidatos políticos.

Hasta entonces la forma tradicional de recaudar fondos era a través de los Comités de Acción Política (PAC por sus siglas en inglés), que tenían un límite de 3 millones de dólares. Con la “Decisión Citizen United” se han creado los “SuperPACs” de financiamiento ilimitado.

David Bossie

Entonces: Parte del comité especial que investigaba a los Clinton por el Escándalo Whitewater. Despedido por sospechas de haber manipulado transcripciones de entrevistas.

Ahora: Presidente de Citizen United y recientemente nombrado director de campaña de Donald Trump.

Vince Foster:

Entonces: Consejero de la Casa Blanca cuyo suicidio es la piedra angular de una teoría conspirativa sobre la cual se construyeron las demás teorías conspirativas del caso.

Ahora: Referencia histórica que renace durante la campaña de Trump.

Steve Bannon

Entonces: Personalidad de Wall Street desconocido en el mundo político.

Ahora: Asesor de la campaña de Trump después de renunciar al website de noticias conservador Breitbart.com

Gennifer Flowers

Entonces: Modelo poco significativa que saltó a la palestra durante la primera campaña presidencial de Bill Clinton al anunciar que había tenido un affair con él.

Ahora: Actriz poco significativa que ha vuelto a saltar a la palestra al anunciar que es una fanática de Trump.

Bossie ha pedido unas vacaciones en su organización para fundar el SuperPAC “Defeat Crooked Hillary” (Derrotemos a la Deshonesta Hillary). Su labor, según The Washington Post, es “crear estrategias para atacar a la candidata” y “explotar antiguas controversias que la involucren a ella y al ex presidente Clinton”.

Pero él no está solo en eso, su jefe es Steve Bannon, un exdirectivo del site de noticias Breibart.com, plataforma desde donde se apoya el documental “Clinton Cash” —un video-reportaje enfocado en las sospechas del enriquecimiento de la Fundación Clinton a través de favores políticos internacionales— y donde colabora el periodista Matthew Drudge, famoso desde 1998, cuando presentó por primera vez a una pasante de la Casa Blanca llamada Monica Lewinsky quien afirmaba haber tenido un romance indecoroso con el Presidente Clinton.

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Monica Lewinsky (Foto: People)

Aunque Lewinsky fue la más famosa de las amantes del expresidente —o quizás justamente por eso— mantuvo mucha discreción una vez que pasó el escándalo y encausó su vida por otros derroteros. Actualmente es una activista contra el bullying y hace poco dio una charla TED titulada “El precio de la vergüenza” . Es muy poco probable que quiera despertar viejos rencores en esta campaña.

Por el contrario, Gennifer Flowers, una oscura modelo y actriz que fue la primera en denunciar haber sido seducida por Clinton, ha anunciado que es una partidaria de Trump y sus declaraciones van enfiladas en contra de Hillary, quien sería, según Flowers una perversa cómplice silenciosa del comportamiento indecoroso de su marido.

The Goodfellas

Por supuesto que los Clinton no están solos para contener la avalancha de acusaciones y fantasmas del pasado que reaparecerán durante esta campaña que acaba de comenzar.

Quizás el más significativo sea David Brock, exreportero de American Spectator quien a principio de los 90 fue un acérrimo crítico de Bill Clinton y sostuvo una investigación periodística llamada “Troopergate” donde denunciaba que los policías encargados de la seguridad del entonces gobernador de Arkansas fungían de proxenetas para abastecer de damas al insaciable Bill Clinton.

En 1995 recibió un adelanto de medio millón de dólares para redactar un libro crítico sobre Hillary Clinton y entonces, durante la investigación, ocurrió lo inesperado. Brock, cual Pablo el Apóstol, sufrió una epifanía y termino escribiendo “La seducción de Hillary Rodham”.

David Brock

Entonces: Periodista que escribió abundantes artículos en contra de los Clinton

Ahora: Ex periodista que se ha retractado de aquellas acusaciones y está trabajando con los Clinton para refutar los actuales artículos en contra de los Clinton.

Sid Blumenthal

Entonces: Periodista y asesor cercano a los Clinton a quien se le adjudica haber acuñado la frase “vast right-wing conspiracy” para explicar todas las acusaciones contra los Clinton

Ahora: Posiblemente sigue siendo un cercano asesor de los Clinton, pero su rol preciso es incierto por sus frecuentes y controversiales apariciones en los correo del Departamento de Estado.

John Podesta

Entonces: Jefe de personal de Bill Clinton

Ahora: Jefe de campaña de Hillary Clinton

Paul Begala

Entonces: Uno de los estrategas principales durante la primera campaña de Bill Clinton

Ahora: Comentarista en CNN

Lanny Davis

Entonces: Consejero de los Clinton en la Casa Blanca

Ahora: Tertuliano regular de Fox News

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John Podesta (Foto:Reuters)

El resto del equipo Clinton está conformado por su gente leal desde tres décadas. John Podesta, quien fuera jefe de personal de Bill Clinton es ahora Jefe de Campaña de Hillary. Otros asesores, como Paul Begala, jefe de estrategia para la campaña de Bill Clinton 1992, es ahora comentarista de CNN; y Lanny Davis, entonces Consejero de la Casa Blanca, es un invitado regular de Fox News.

Caso aparte es Sidney Blumenthal —a quien se le adjudica haber creado el concepto de la “gran conspiración de la extrema derecha”—, evidentemente está trabajando con los Clinton, pero con bajo perfil, pues su nombre aparece en varios de los e-mails de la discordia que están bajo el ojo público. Completa el equipo Joe Conason, quien está lanzando su nuevo libro sobre Bill Clinton y donde revela que la idea que tuvo Hillary de usar su correo personal se la dio Colin Powell.

Toda campaña política es un hecho teatral y la que acaba de comenzar por la presidencia de los Estados Unidos promete ser extremadamente melodramática debido al tenor moral o conspirativo las acusaciones.

Que se repitan tantos actores después de 30 años nos hace reflexionar si en vez de tratarse de una obra original, estamos viendo una soap opera reciclada. Quedará en el ojo del espectador decidir cuánto de comedia interpretan los actores, pero de una cosa estamos seguros: para el candidato que pierda, todo habrá terminado en tragedia.