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Los fallos de los programas de la Fundación Clinton en Colombia

Uno de los argumentos principales utilizado por los defensores de Hillary Clinton ante las críticas que se le han hecho a su fundación filantrópica es que ésta ha realizado un intenso trabajo a escala internacional en beneficio de numerosas comunidades, por ejemplo en la lucha contra la malaria y el VIH/sida en África.

Eso ha producido sustanciales beneficios para miles de personas pero, además de los escándalos por emails filtrados que sugieren que hubo conflicto de interés entre actividades de individuos cercanos a la Fundación Clinton y el gobierno de EEUU cuando Hillary era secretaria de Estado de Barack Obama, han surgido otros datos que cuestionan los resultados específicos de algunos de sus programas filantrópicos.

Ese sería el caso del trabajo de la Fundación Clinton en Colombia, de acuerdo a una investigación del American Media Institute y el portal Fusion. El reportaje relata que algunos de los beneficiarios de los programas de la Fundación Clinton en Colombia consideran que, en realidad, no resultaron beneficiados y que, inclusive, sufrieron problemas o pérdidas a consecuencia de ello.

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La Fundación del expresidente Clinton y su esposa Hillary ha realizado trabajo filantrópico a escala internacional, pero ha sido criticada por presuntos conflictos de interés. (AFP).

Fusion relata el caso de Sandra Valdivieso, una comerciante de pescado en Cartagena que participó en el programa ‘Acceso’ de la Fundación, creado para vincular a pequeños productores con grandes compradores. Al ser entrevistada por Fusion, Valdivieso indicó que no recibió ningún apoyo económico y que en cambio se endeudó a insistencia de ellos. Asimismo indicó que al poco de participar en el programa se le indicó que ya no podría tratar directamente con esos compradores y que debería vender su pescado a bajo precio a Acceso, que entonces habría acabado siendo una suerte de intermediario. Ella y otros participantes decidieron separarse del programa por considerar que si no lo hacían su negocio estaba en riesgo, según Fusion.

Otras voces, como las del senador colombiano Jorge Enrique Robledo, dijeron a Fusion que los vínculos de la Fundación Clinton con el financiero canadiense Frank Giustra, uno de sus más importantes donantes, no sería una colaboración de tono progresista. Robledo criticó que la empresa petrolera Pacific Rubiales, ligada a Giustra, operaba algo como “un campo de concentración para trabajadores” y un veterano líder sindical colombiano dijo que las actividades de la fundación y Giustra en Colombia sólo han “explotado la pobreza y extraído dinero”.

Incluso se comenta en el reportaje de Fusion que algunas tierras en las que Pacific Rubiales realiza operaciones de perforación habrían sido adquiridas de personas que han sido vinculadas con asuntos de drogas.

Fusion también afirma que al visitar uno de los centros de capacitación para trabajadores afrocolombianos e indígenas impulsado, de acuerdo al reportaje, por la Fundación Clinton y Giustra, solo recibieron evasivas y que, en cambio, una de las personas capacitadas allí les dijo que aunque disfrutó del entrenamiento en realidad eso no cambió su vida de modo significativo pues gana el mismo salario que quienes no recibieron la capacitación.

Las críticas contra la familia Clinton por sus relaciones con Giustra, que habría donado millones a su Fundación, no son nuevas. Por ejemplo, en 2015 un artículo publicado en Bloomberg, en el que se que alude a un libro crítico de las relaciones financieras de los Clinton, afirmó que en 2010 Bill y Hillary cenaron con Giustra, y al día siguiente el matrimonio se reunió con el entonces presidente de Colombia, Álvaro Uribe. Poco después, una compañía de Giustra obtuvo el derecho de explotar madera en un bosque colombiano y otra logró el de realizar perforaciones petroleras.

Fusion, por su parte, relata que en el mismo mes de ese encuentro el gobierno colombiano concedió Giustra y sus socios el control de una mina de oro, y que Clinton habría desoído peticiones, provenientes de un congresista demócrata, de confrontar al presidente Uribe por el alza en los asesinatos y ataques contra defensores de derechos humanos en Colombia.

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Frank Giustra (izq.), uno de los principales donantes de la Fundación Clinton. (Reuters)

El escrutinio que la Fundación Clinton ha recibido al respecto de esas relaciones político-financieras ha sido amplio y ha resonado durante la presente campaña presidencial. Además, muchas preguntas están aún sin respuesta. Y aunque podría afirmarse que los testimonios de colombianos que indican que no obtuvieron beneficios, o que incluso se metieron en problemas, no serían generalizables a todos sus programas y participantes, las críticas contra la organización están allí y ameritan una respuesta más amplia para clarificar tanto los éxitos como las fallas de esa organización en su trabajo en Colombia.

Por su parte, la Fundación Clinton indica en su sitio web que el trabajo que ha hecho en Colombia en el marco del programa Acceso ha dado entrenamiento, recursos para negocios y tecnologías a agricultores y pescadores, lo que hasta septiembre de 2015 habría generado 1.5 millones de dólares en ingresos para unos 400 beneficiarios.

Mientras más información y transparencia haya al respecto mejor será también el juicio sobre los éxitos o fallas de la Fundación Clinton, lo que a final de cuentas sería importante para la propia organización, sus donantes y sus beneficiarios y, sobre todo, para los votantes en Estados Unidos que requieren, para tomar su decisión, la mayor cantidad de información sustantiva y confiable. Y eso se aplica a las fundaciones de los Clinton y de Donald Trump por igual.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro