El espectro de una debacle general ronda a los republicanos ante las inconsistencias de Trump

El Partido Republicano estaría pasando por una severa crisis interna desatada por la estrafalaria y ofensiva forma de hacer campaña de Donald Trump y por el temor en ese grupo político de que los desatinos y pleitos del magnate acaben no sólo haciéndoles perder la Presidencia ante Hillary Clinton, sino también muchas posiciones legislativas en el Senado, que podría volver a ser controlado por los demócratas.

Ciertamente las tensiones dentro del Partido Republicano por causa de Trump no son nuevas, han existido desde el momento mismo en que, en junio de 2015, el magnate se postuló para buscar la candidatura presidencial republicana y se han intensificado por sus declaraciones estrambóticas, sus encontronazos con figuras políticas (entre ellas líderes partidistas clave), sus agravios contra personas y grupos sociales y sus diferencias político-ideológicas.

Algunos, como comenta la televisora ABC, califican a la actual situación como una crisis existencial mayor del Partido Republicano.

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Donald Trump enfrentaría una crisis en su relación con el liderazgo republicano mientras cae fuertemente en las encuestas ante Hillary Clinton. (AP)

Todo se habría agudizado al extremo luego de los ataques de Trump contra los padres de un militar estadounidense musulmán caído en la Guerra de Irak y de la negativa del magnate a dar su respaldo al líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y al senador John McCain en sus contiendas primarias por la reelección.

Y si a eso se añade, solo por dar dos ejemplos que han causado también fuerte escozor entre los republicanos, los llamados de Trump a Rusia a que espíe a Estados Unidos para “encontrar” los emails borrados de Clinton y sus ataques a un juez por su herencia mexicana, se redondea el malestar existente entre muchos conservadores que temen que Trump no solo no conoce sino que desdeña posiciones y valores clave de la política exterior y del sistema judicial estadounidenses.

Los desencuentros de Trump y el liderazgo republicano y muchos conservadores no son nuevos y en buena medida no serían remediables, pero tras el triunfo del magnate en las primarias muchos trataron de contemporizar en aras de presentar al candidato de más arrastre popular posible para derrotar a Clinton.

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La negativa de Trump a respaldar al líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, en su reelección ha molestado en el Partido Republicano. (AP)

Ahora, muchos deploran que Trump, por sus ataques personales, por dedicarse a elucubrar sobre teorías conspirativas (como ver un pago de 400 millones de dólares a Irán –previsto desde enero y parte de la resolución de un litigio de 35 años de antigüedad- como el pago de un rescate por la liberación de cuatro estadounidenses prisioneros en Irán), por su renuencia a apoyar a importantes líderes republicanos y por su larga lista de inconsistencias y ofensas, ha perdido oportunidades cruciales de mermar a Clinton y, en cambio, ha caído en las provocaciones que se le han tendido y se ha hundido en las encuestas.

Sus ataques contra los Khan, cuyo hijo cayó en combate en Irak, estaría causando que familias militares se aparten de Trump e incluso del Partido Republicano en estados clave, como relata The New York Times. Por lo pronto, encuestas recientes (levantadas después de la Convención Demócrata y del estallido de la polémica de Trump con los Khan) colocan al magnate entre 9 y 15 puntos detrás de Clinton, según RealClearPolitics.

Y, para colmo, eso no sólo ha derrumbado al magnate en las encuestas (que, en todo caso, son cambiantes y todavía muy tempranas): también ha incrementado la presión contra varios candidatos republicanos, sobre todo senadores que buscan la reelección, y agudizado el riesgo de derrotas y de un eventual control demócrata de la Cámara Alta.

En ese sentido, el portal FiveThirtyEight analiza el posible efecto negativo que la crisis de Trump podría imponerle a varios candidatos republicanos al Senado.

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Los ataques de Trump a los padres de un militar musulmán estadounidense caído en combate le han causado fuertes críticas y animadversiones. (AP)

Todo ello ha desatado incluso especulaciones de que líderes republicanos con cierta cercanía con Trump (como Newt Gingrich y Rudy Guliani) estarían considerando una “intervención” en la campaña del magnate para tratar de corregir el rumbo, posiblemente con el aval de los hijos del magnate, que tienen gran influencia ante él y gozan de su confianza. Todo ello serían meramente rumores y el extremo han sido las afirmaciones de que el liderazgo republicano estaría pensando qué hacer si Trump súbitamente decidiera dejar la contienda electoral (algo que hoy no resulta creíble o probable, aunque es un escenario posible).

En contraste, las afirmaciones recientes de Trump de que su campaña nunca ha estado mejor serían igualmente equívocas, pues si bien ha logrado dinamizar de modo notable su sistema de recaudación de fondos de campaña, en la percepción pública y mediática sus bonos están a la baja y el malestar dentro del liderazgo republicano hacia él sería patente.

Queda mucho en la contienda electoral de aquí al 8 de noviembre y las posibilidades de triunfo del magnate aún son importantes, pero eso no significa que no resulte acuciante para los republicanos rectificar el camino y lograr que Trump se focalice en los asuntos cruciales de campaña y no en sus ocurrencias y en la defensa de su ego, por más que eso guste a su círculo duro de simpatizantes, muy numeroso y comprometido pero insuficiente para elegirlo presidente.

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