¿Cuál sería el panorama electoral en EEUU si solo votaran las mujeres? ¿Y los hombres?

Donald Trump tiene aún reducidas probabilidades de ganar la presidencia de Estados Unidos en parte por el peso electoral de ciertos votantes estadounidenses varones, pero se encuentra rezagado hasta el momento en la contienda, de acuerdo a los sondeos de intención de voto, gracias sobre todo al empuje de las votantes estadounidenses.

En otras palabras, son las mujeres quienes, por su oposición ampliamente mayoritaria a Trump, están haciendo fracasar la candidatura presidencial del magnate.

Que mujeres y hombres voten de modo distinto en elecciones presidenciales no es nuevo, y ha sucedido en diversos grados en las últimas cuatro décadas, por no ir más lejos. Pero si bien en las elecciones de 1972 y 1976, ganadas por el republicano Richard Nixon y el demócrata Jimmy Carter, respectivamente, no hubo una diferencia significativa entre por quién votaron las mujeres y los hombres en esos comicios, de 1980 a la fecha el balance ha sido diferente.

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Donald Trump Trump va en picada en las encuestas, pero entre las votantes su caída es aún mayor. (AP)

De acuerdo a un estudio reciente del Centro Pew, desde 1980 las mujeres han votado en proporciones cada vez mayores por los demócratas, mientras que los varones han sido mayoritariamente republicanos, aunque su preferencia demócrata ha subido, con todo, 10 puntos porcentuales de 1980 a 2012. En esa última elección, en la que Barack Obama venció al republicano Mitt Romney, el demócrata se reeligió con el 55% del voto femenino y 45% del voto masculino.

En 2016 esa brecha se está convirtiendo en abismo, según explica el portal FiveThirtyEight. En ese artículo, Nate Silver muestra como en esta elección esa diferencia se ha ahondado.

En promedio, Clinton supera a Trump por 15 puntos entre las mujeres y el magnate está adelante por 5 puntos entre los hombres.

El panorama si solo votaran los hombres...

El panorama si solo votaran las mujeres...

¿Cuáles son las implicaciones de esas diferencias? Para ilustrarlo Silver calcula qué pasaría en el resultado electoral si sólo votaran las mujeres o los hombres. En una votación 100% femenina, Clinton arrasaría en el Colegio Electoral y derrotaría a Trump por 458 votos electorales contra 80, un margen de victoria no visto desde los holgados triunfos de Reagan en 1980 y 1984.

En cambio, si solo votaran los varones (como era el caso antes de la aprobación de la Enmienda 19 constitucional en 1920), Trump sería electo presidente por un margen menor que el del escenario femenino pero en todo caso con holgura: 350 votos electorales para el magnate y 188 para Clinton, un saldo similar al conseguido por Obama en su triunfos sobre Romney (2012) y John McCain (2008).

El ejercicio es sugerente, y señala que es el voto femenino el que está, hasta al momento, sepultando las aspiraciones de Trump. Que las mujeres se inclinaran más por los demócratas era ya una tendencia evidente (el Centro Pew indica que, en 2016, 59% de las mujeres prefieren a Clinton y 35% a Trump, mientras que el 43% de los hombres optan por la demócrata y 49% por el magnate), pero todo se da en el contexto de un candidato, el republicano, que se ha caracterizado a lo largo de toda la campaña electoral por denigrar e insultar a mujeres (a lo que hay que sumar los videos, audios y tuits de sus dichos sexistas del pasado), y de una candidata, la demócrata, que es la primera mujer en competir por la presidencia por uno de los grandes partidos estadounidenses.

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Trump ciertamente necesita el voto femenino, pero una cosa es clamarlo y otra es efectivamente contar con él en cantidad suficiente. (AFP)

El saldo final aún está por verse, pero la ventaja de Trump ante los varones no compensaría su caída entre las mujeres y, en todo caso, a escala general el horizonte es negativo para el magnate, sumido actualmente en un enorme escándalo por sus dichos en los que condonó la agresión sexual en un video de 2005 y con los testimonios recientes (que Trump considera falsos) de mujeres que relatan cómo el magnate las manoseó sin su consentimiento.

La factura que Trump está pagando por su historial de sexismo, sumado a otros de sus agravios, lo está llevando, al parecer, a la bancarrota electoral.

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