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¿Cómo será la próxima familia que viva en la Casa Blanca?

Por Jorge Sayegh

Gane quien gane el 8 de noviembre, la próxima familia presidencial de los Estados Unidos será muy diferente a la que tradicionalmente suele mudarse a la Casa Blanca después de las elecciones.

En el caso, hasta este momento más probable, de que sean los Clinton, por primera vez habrá un… ¿Primer Caballero? 

Primer Voluntario, se apresuró a proponer el mismo Bill Clinton, aunque Hillary se inclina por Primer Compañero (First Mate). Lo cierto es que el área protocolar de activismo femenino de la presidencia apunta a quedarse en el vacío. Y aunque no se descarta que Chelsea Clinton colabore con su padres, su ayuda estaría lejos de suplir la imagen de una Primera Dama. Ella misma ha declarado que no piensa mudarse a Washington y que se quedará con su esposo en New York.

FOTO: AP

Lo que significa que en la East Wind tendríamos un matrimonio mayor, sin niños, sin nadie que cumpla con el papel de Primera Dama, donde una Presidenta tendría como consorte a un ex presidente, a quien —como cortesía acostumbrada con los ex mandatarios— se le suele llamar Presidente. Una pareja doblemente presidencial.

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En el caso de Donald Trump el asunto es más delicado. Él ha insistido en profesar su admiración por la Biblia y si algo no podemos negarle es que se ha comportado siguiendo sus preceptos morales. Sobre todo en lo concerniente a la estructura familiar del Antiguo Testamento, donde abundan los patriarcas poderosos, polígamos y prolíficos. Sin llegar al extremo de Salomón —quien tuvo 700 esposas y 300 concubinas—, Donald Trump se ha casado tres veces y ha procreado cinco herederos.

FOTO: AP

Y si bien no es que haya ido acumulando consortes en un harem como Salomón, sino que se ha divorciado primero de una para entonces casarse con otra, Donald Trump ha mantenido una relación estrecha y constante con todos sus hijos (los tres mayores trabajan con él) y sus dos exesposas. Al punto de que la imagen que proyectan es la de un clan, una moderna tribu polifamiliar dirigida por un macho alfa incuestionable.

Melania, la actual Sra. Trump, es de origen esloveno y particularmente bella, pero en los actos protocolares de alta política no se caracteriza por tener el buen desempeño intelectual que se esperaría de la consorte de un presidente. Total, fue una modelo profesional, no habría que esperar de ella algún doctorado en Harvard, sino fotos desnuda en GQ, como de hecho las tiene . Por lo tanto, los analistas asoman la posibilidad de que el delicado rol de Primera Dama lo podría ejercer la hija mayor del magnate, Ivanka, quien es sin duda el rostro más amable y humano del Clan Trump.

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Y aunque también es improbable que Ivanka se mude a la Casa Blanca, pues tiene su propia familia de tres niños con Jared Kushner, un magnate inmobiliario como su padre, no sería descabellado pensar que podría cambiar New York por Washington. Donald Trump ha declarado que ha sido su asesora en asuntos de política de la mujer e incluso mencionó a la volada que podría ser parte de su tren ministerial. Ella misma no ha negado que seguirá colaborando con su padre en caso de que gane la presidencia: Cuando llegue el momento, veremos”. 

Ivanka Trump y Chelsea Clinton - Foto: Getty

Como dato curioso, Chelsea e Ivanka son amigas desde hace años porque los Clinton y los Trump eran cercanos antes de que comenzara esta agria contienda electoral. Estas dos hijas de alta sociedad tienen muchas similitudes: son contemporáneas, vecinas de Manhattan, brillantes en sus áreas de trabajo, colaboran con la empresa familiar y las dos se han casado con judíos adinerados con los cuales han formado su propia familia. Ambas han insistido en que son amigas desde antes de la campaña y aseguran que lo serán después.

El resto del Clan Trump

Donald Jr. y Eric

Ambos tienen cargos directivos en la organización de su padre y,  junto con Ivanka, son el fruto del primer matrimonio con Ivana. Son dignos vástagos de la dinastía que admiran y emulan la conducta excéntrica y arrolladora del jefe del clan. Donald Jr. tuiteó una frase celebre: “Si tengo una taza llena de Skittles y les digo que tres de estos dulces los matarán, ¿tomarían un puñado? Ese es nuestro problema con los refugiados sirios”. La frivolidad simplona de esta analogía le granjeó innumerables críticas, comenzando por la empresa de golosinas que aclaró rápidamente: “Los Skittles son dulces, los refugiados son seres humanos”. Los dos se han casado con mujeres muy bellas vinculadas a la farándula del modelaje o la TV, son defensores de la Segunda Enmienda y disfrutan de cazar en África.

Donald y Eric Trump - Foto publicada por Madonna en su cuenta de Instagram

Tiffany

Es la hija única con Marla Maples, la segunda esposa de Trump. Es la más alejada de la influencia del padre. Con sólo 22 años ha estado vinculada al negocio de la moda y tiene una cuenta de Instagram con 236 mil seguidores. Aunque ha hecho apariciones estratégicas en algunos momentos de la campaña, no trabaja directamente en el movimiento que intenta llevar a Trump a la presidencia. Entre otras cosas porque su novio es demócrata y declarado admirador de Hillary.

Tiffany con su padre - Foto: Reuters

Barron

El hijo de Melania podrá tener sólo 10 años, pero tiene también un refinado gusto de millonarios para vestirse y disfrutar de la vida solitaria en el piso 66 del penthouse de la Torre Trump en Manhattan, donde maneja su propia réplica eléctrica de un Mercedes Benz y construye su imperio inmobiliario, pero con piezas de lego.

Barron, el hijo menor de Trump - Foto: Reuters